Rey de la calle descalzo,
caminante del tiempo,
alfarero de leyendas,
coleccionista de miserias.
¿Qué afilada daga,
cortaría tu nudo con mi mundo?
Ya no hablará de ti
tu enigmático silencio,
ni mendigará tu sombra
en muda y desgarbada presencia.
El fuego de tu pira
lo alimentarán pintores
y en el viñedo de tus vivencias
extraerán su néctar los poetas.
Mañana, en una noche de bohemia
serás el brindis predilecto
como personaje de mi pueblo,
como rey de la calle descalzo
y te devolveré en mi copa
una porción de tu tesoro
en mudo y respetuoso silencio.
Anónimo
miércoles, 26 de noviembre de 2008
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